Por las
mañanas
y a
diferentes horas del día,
él, llega
al mismo lugar.
Luego de
acomodarse
en ese
“tronco”
emite un
sonido peculiar
persistente,
como si saludara
o tratara
de decirme algo.
Quienes lo
han visto
aseguran
que está equivocado:
Insiste en
perforar
con su
diminuto pico
un material
para él
impenetrable.
Así,
mientras sus colegas
perforan
árboles,
él, está
obsesionado
con
penetrar un poste
de energía
eléctrica
junto a mi
casa.
No, no está
loco, me digo
es la
música de tu presencia,
solo tuya,
amor mío,
llamándome
insistente
en cada
toc, toc
creando un
ritmo,
en cada
vibración
siempre
especial, diferente
a veces
incomprensible,
única,
extraordinaria
tal, como tu
eres.