lunes, 31 de octubre de 2011

Última luna de octubre

Hamaca es la luna
la última de este mes
en el que los muertos
vuelven, bailando
para convivir
¡bebiendo! ¡gozando!
con los vivos.

Hamaca es la luna
ansiosa, tejió su forma
en los últimos días.
Ahora, yacen ahí
sus recuerdos:
su amado la amó
entre aquellos montes
mojó su seco cuerpo
de extremo a extremo.

La luna recuerda
y se estremece
en silencio:
no importa
cuántas horas,
cuántos minutos fueron
a ella la besaron
y mojaron por completo
su amado la tocó
aunque fuera un momento.

Hamaca es la luna
meciendo sus recuerdos
su amado la besó
su amado fue tierno
y abriga ese instante
arrulla ese recuerdo.
No es solo fantasía
ella sabe que fue cierto.

sábado, 15 de octubre de 2011

3a luna de octubre

La luna
se hincha
de Te amos
por eso
se pone
tan redonda.

Como perla
preciosa
y plena
luce
cada vez
que nombra
a su amado.

Algunos días
enteros
trata de callarlo
entonces
se tiñe
de tristeza
y cansancio.

La luna
se hincha
cuando
dice: Te amo.
Cuando
moja su nombre,
cuando tiene
a su amante
entre los labios...

jueves, 6 de octubre de 2011

Segunda luna de octubre

Llueve
suavemente
la luna se oculta
en alguna parte.
Un séquito de nubes
la protege
mientras llora
quedito
para que nadie
se entere.

Suaves lágrimas
humedecen la tierra
¡llueve!
así nadie sospechará
cuánto la soledad
le hiere.

Polvo y roca
son sus recuerdos
en los primeros días.
Llegando al final
del mes
se transforman
en lava ardiente.

Gira la luna
alrededor de la tierra
eternamente.
Con sus recuerdos:
roca, polvo,
lava quemante,
meteoros
cual sus satélites.

Besos
palabras
caricias
son agua
que cae del cielo
buscando
el mismo suelo
donde se encuentra
el ausente.

lunes, 3 de octubre de 2011

Luna de octubre

Con imagen de hamaca
inicia la luna
el mes de octubre.
Y con esa misma imagen
terminará
al cumplirse el día 30,
acompañada de un cielo
lleno de estrellas.

Bien sabe la luna
que hace tiempo,
no es valiosa
para su amado
ni digna de ser recordada:
sus ojos ya no la miran
tal vez nunca
supieron mirarla.
Tal vez nunca supieron ver
todo lo que ella ofrecía
todo lo que ella le daba.

Por eso,
en los últimos meses
fue recogiendo migajas
algún rastro
alguna braza
para mantener tibio
su recuerdo
en esa hamaca.

Apenas el sol se duerme
busca en si misma
a su amado
lo cobija con su cuerpo
¡lo mece, le canta!

Hay quienes viven
de dar amor
y otros de pedirlo:

La luna
arrulla a su amado
con tanta dulzura
como si fuera su niño
pero al muy travieso
le divierte ensartarle
cuchillos.