Calor y
humedad, son la pareja que esta noche,
danza, al ritmo de zumbidos emitidos por zancudos, mientras acosan mis
pantorrillas.
Por la
tarde, el agua nos regaló una leve caricia, el cielo en tanto, se mantuvo lanzando
quejidos y relámpagos, pero en ningún momento, pese a sus insistentes llamados,
logró coincidir con el agua, satisfactoriamente, su desencuentro, dio valor al
calor para arrimársele a la humedad, ¡ojalá! y ese par, se conformara el uno
con la otra… No es así, juntos, encienden una llama que avanza y se extiende
gracias a la ayuda de un viento arrecho, su ímpetu ardiente, envuelve a todo
objeto y ser viviente sobre la
Costa , afectando sobremanera a los que en su corazón,
angustiados, ocultan la mecha de la pasión, tras el último rechazo.
Recurrir a
un baño con agua fresca ayuda, solo de momento, porque ella, en su frustración,
al no poder llegar a la anhelada cita con el cielo, afectada también por el
calor, hace llover mi cuerpo.
Esta noche me toca danzar, entre calor y humedad, hacemos un trío perfecto, tu silencio...denso, observa muy atento y al cambio de ritmo, nos aplauden los recuerdos.