sábado, 17 de marzo de 2012

Amor felino

Un par de gatos, golpea la lámina que cubre mi casa.
Cada noche de marzo, presumidos, emiten maullidos de placer, al consumar su candente rito felino, regalándose suaves mordiscos, revolcándose de un lado a otro sobre esta lámina de asbesto que me sirve de techo.
Mientras la luna redonda, se moja en si misma al contemplarlos, e hinchada de placer ajeno, se empapa, maldiciendo su papel de simple espectadora.
La primavera se avecina, los calores aumentan. La luna se baña en vapores que con maña, le hace llegar la tierra.
Un par de gatos, golpea la lámina que cubre mi casa y no estás a mi lado, para preguntarme: si sé, por qué la gata, desgarrador maullido lanza, al ser por el macho penetrada. ¿Hoy no me explicarás, que el pene del gato es similar a la cola de las iguanas?
Escucho los maullidos de una pareja de gatos, sus movimientos desenfrenados, sobre mi techo, perturbando mi equilibrio mientras escribo.
Me pregunto si este amor nuestro, es similar a ese acto felino: rojo, negro, dulce, apasionado, tierno, intenso, con dolor y ausencia... afiladas escamas al final del camino.
Un par de gatos, golpea la lámina que cubre mi casa.
Este cruel silencio tuyo, la enorme distancia que tu mismo me regalas, esta facilidad con la que veo me emplazas, casi me convence de que tal vez, ya no me amas.
Si no fuera porque tu recuerdo, aún golpea en mis adentros, como ese par de gatos cegados por el deseo, diría que nuestro amor, es una vieja fotografía, apreciada por su gran valor histórico, celosamente guardada, donde nadie la mira.
¿A dónde va nuestro amor? ¿A dónde van nuestras vidas? Me resisto a creer, que todo era mentira.

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